Los ultrasonidos son vibraciones de ondas que penetran el tejido y producen cambios de temperatura y presión entre las células. Los equipos que los producen normalmente tienen uno o varios cabezales y programas para las diferentes aplicaciones, que van desde el tejido más superficial (aplicaciones estética y de calidad de la piel) al más profundo (muscular). Estas ondas no son perceptibles a nivel sonoro y son totalmente indoloras pero tienen múltiples efectos:
- Mejoran la circulación sanguínea y la nutrición de la zona
- Mejoran la elasticidad y el tono de la piel
- Activan el metabolismo en el área tratada
- Promueven la hidratación
- Propician que el cuerpo reestablezca los tejidos
- Estimulan el drenaje linfático
- Promueven la descomposición de la grasa localizada para que se elimine naturalmente
- Mejoran la cicatrización, da flexibilidad a los tejidos
- Producen un efecto analgésico
La frecuencia, intensidad y modalidad de onda se modifican para adecuarlo al uso o a la zona a tratar. El ultrasonido continuo se utiliza para generar una mayor actividad y elevación de temperatura, para llegar a niveles más profundos. El pulsado, se usa para mejorar la inflamación, el dolor y el edema.
Las frecuencias más altas, tienen un efecto más superficial (cutáneo y subcutáneo) pero aportan más energía. Se suelen utilizar en tratamientos estéticos ya que no afecta a capas más profundas de tejido y es muy efectivo para tratamientos faciales y corporales.
- Tratamiento de arañas vasculares
- Tonificar y oxigenar la piel (limpieza, sebo células muertas)
- Combatir la celulitis
- Mejorar la retención de líquidos
- Marcas de acné, manchas o cicatrices
- Efecto micromasaje, relajación
- Mejorar la permeabilidad de la piel (previa a la nutrición o hidratación intensiva)
En este tipo de tratamientos se suelen combinar con Iontoforesis (corrientes galvánicas + iones) o tratamiento más suaves con cargas positivas que limpian la piel en profundidad y suavizan la capa externa y cargas negativas que estimulan y preparan la piel para la aplicación de un tratamiento posterior.
Una menor frecuencia aumentando la intensidad a la que actúa la onda, llega a capas más profundas. Es común utilizar un gel conductor que aumente su penetración:
- Alivio de la tensión muscular
- Recuperación de tejido conjuntivo dañado o con rigidez (microadherencias)
- Tratamientos postoperatorios: evitar encapsulaciones, reducir edemas o hematomas
- Efecto analgésico mayor
- Reestablecimiento del equilibrio celular
Es habitual incluir fototerapia o tratamiento con luz infrarroja, luz led azul, etc. para mejorar y completar el efecto del tratamiento: Incrementar el efecto analgésico, estimular la microcirculación y producción de colágeno (nutrición, elasticidad), el intercambio de oxígeno (cicatrización, igualar tono), fortalecer la capa externa e interna de la piel (bacterias, erupciones, acné) o calmar y tonificar.
Los ultrasonidos realmente son un recurso auxiliar y complementario a la terapia que se realice, una ayuda para mejorar o incrementar los efectos de la misma. Como en cualquier tratamiento, el compromiso y la regularidad, son claves para poder beneficiarnos de esta tecnología aplicada al cuidado y mejora de nuestra salud tisular.
Contraindicaciones:
- Infecciones
- Inflamaciones agudas
- Cáncer o tumores
- Marcapasos o cardiopatías
- DIU o Embarazo
- Heridas abiertas
- Tromboflebitis o varices quirúrgicas
- Implantes metálicos o placas
- Transtornos de la sensibilidad
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